El grabado es una disciplina artística en la que el artista utiliza diferentes técnicas de impresión, que tienen en común el dibujar una imagen sobre una superficie rígida, llamada matriz, dejando una huella que después alojará tinta y será transferida por presión a otra superficie como papel o tela, lo que permite obtener varias reproducciones de las estampas.
Dependiendo de la técnica utilizada, la matriz puede ser de metal tradicionalmente (cobre o zinc), madera, linóleo o piedra, sobre cuya superficie se dibuja con instrumentos punzantes, cortantes o mediante procesos químicos. Actualmente también se utilizan placas de diferentes materiales sintéticos que se pueden grabar de manera tradicional con punzones o mediante procedimientos fotográficos, digitales o láser.
La primera civilización en producir originales grabados fueron los Sumerios en Mesopotamia, hace 3000 años. Tallaban sus diseños en piedras pulidas con forma cilíndrica que luego hacían rodar sobre arcilla blanda dejando la impresión del diseño original. Posteriormente en China, tras la invención del papel, surgen las primeras impresiones sobre este material realizadas con matriz de piedra.1
En Japón el movimiento y el grabado tuvo su auge entre los siglos XVII y XX, entre los que se encuentran imágenes paisajísticas, del teatro y de zonas de alterne, realizados con la técnica del Ukiyo-e.
Los primeros grabados europeos se producen en el siglo VI en el ámbito textil. Las primeras reproducciones en papel se realizaron en España en 1151. A comienzos del siglo XV se realizaron naipes con impresión xilográfica en Alemania y poco tiempo después aparecieron los primeros sellos en Inglaterra. Fue durante el Renacimiento cuando la técnica del grabado se desarrolló con mayor vigor.
Grabados en relieve
Xilografía
Linografía
Grabado en plano
Litografía
La técnica
Serigrafía
Monotipia
Grabados en hueco
Procedimientos de método indirecto
Al buril
Punta seca
Mezzotinta
Otras técnicas indirectas